Vacatello, y cómo revisar Malvinas desde el hoy

Por Daniel Insaurralde Gelmer

 

De un andar tranquilo, paz en la mirada y en la voz. Lleva una chomba negra que conmemora los 40 años de la Guerra de Malvinas. Así, “Pepe”, como lo llaman sus conocidos, se presentó ante miradas atentas y llenas de respeto de los estudiantes de Periodismo Deportivo. No tardó en destacar el hecho de que los presentes tenían la edad que tenía él, apenas 19 años, cuando recibió el llamado para viajar a las islas. “Era una emoción tremenda porque lo que creíamos era que se iba a hacer acto de presencia, se iba a llegar a un acuerdo y no iba a haber un conflicto”. Remarcó la influencia de la forma de ser del argentino ante estas situaciones. “Somos muy nacionalistas, el país estaba mal, pero sin embargo cuando el 2 de abril se anuncia que se recuperan las Islas Malvinas, ya no importaba que era un régimen militar: salieron todos con las banderitas a la plaza”. Vacatello explicó que su trabajo era realizar los cálculos que marcaban la dirección de tiro de los cañones. “Esto era un ejemplo de lo improvisado de la situación, algo tan importante como el tiro de los cañones en manos de adolescentes”.

 

Consultado por el momento en que se dieron cuenta de que había comenzado la guerra,  el veterano respondió: “El hundimiento del Belgrano dio indicios de que se venía la guerra y de que tenían un armamento tremendamente superior. Hasta el 6 de junio no los tuvimos a distancia. Era esperar que no nos pegara un bombazo”. Ante la pregunta de un estudiante sobre los errores estratégicos, destacó dos puntos: “La falla más grosera -resaltó Vacatello- fue creer que no se iba a combatir,  y por otro lado, que las tres fuerzas involucradas, armada, aérea y naval, no estaban coordinadas, no se hablaban”. En relación al trato recibido una vez perdida la guerra y siendo prisioneros, destacó el trato sumamente cordial de los captores. “Veníamos muertos de hambre, con frío y sin dormir, los ingleses nos daban cuatro comidas al día y dormíamos con calefacción”.

 

“Teníamos mucha ansiedad por saber que se decía acá, pero la posguerra fue peor que la guerra. Nos ocultaron, era un deshonor haber perdido”, rememoró con tono de tristeza. También habló de lo difícil que fue para muchos soldados reintegrarse, conseguir trabajo y soltar la guerra. En 2008 volvió a las Islas, y recordó cuán sanador fue para él. “Hasta ese viaje no podía hablar del tema. La primera vez que hablé del tema con mis hijos fue este año. Con mis padres nunca pude”. Y agrega: “Durante 20 años las Malvinas eran mala palabra, empezó a cambiar un poco con Menem y definitivamente con Néstor Kirchner”. En la semana del fallecimiento de la Reina Isabel II, Vacatello reflexionó: “Nada me generó. No celebro la muerte. Incluso con Margaret Thatcher, que fue la peor basura que hubo, no lo celebré, pero la justicia se paga y se paga acá”. 

 

Respecto del Mundial 86, expresó haberlo sentido como una revancha, sobre todo el gol con la mano, pero no sin antes mencionar la decepción cuando se jugó el Mundial 82. “Nosotros estábamos combatiendo todavía y estaba jugando la selección: no nos gustó”. También habló sobre el sentido de haber sobrevivido, por qué cuando una bomba explotaba y barría con un diámetro amplio, se llevaba a un compañero y no a él. “Desde ese momento vivo cada día como si fuera el último. Trato de colaborar cada día para hacer un mundo un poquito mejor”.

* Por Daniel Insaurralde Gelmer (@danhell_666), alumno de 2do año de Periodismo Deportivo.