Piel de Jaguar

Por Julián Suez | @juli_suez
Jaguares logró avanzar a algo único, nunca antes pensado para esta temporada: Llegar a la final del Súper Rugby. El partido fue un monólogo del equipo argentino durante los 80 minutos en los 105 metros por 70 que mide el campo del estadio de Vélez Sarsfield. La franquicia Nacional cantó victoria 39 a 7 frente a Brumbies.

“Intensidad”, con esa palabra definió Gonzalo Quesada al conjunto argentino. Un día, después de muchos años de trabajo y sacrificios, el equipo profesional de Sudamérica del Súper Rugby llegó a la instancia definitoria y fue histórico. Los antecedentes frente a los australianos eran positivos, tampoco habían sido partidos que se ganaron con los ojos cerrados. Sin embargo, Jaguares mostró el mejor juego en todo el certamen del Hemisferio Sur. Redujo la cantidad de errores que durante la fase regular los complicaban, por otro lado, la franquicia australiana le brindó la ayuda necesaria para llevarlos a su primera final. Brumbies nunca apareció en el encuentro. “Decepción”, fue como describió Scott Sio, el pilar del equipo acerca del partido.






Tomás Cubelli cumplió con la ley del ex, jugó dos temporadas con Brumbies e hizo estallar al José Amalfitani y en conjunto con el tema de Avicii, Levels. Por su parte, Joaquín Díaz Bonilla acertó todo lo que no había podido frente a Chiefs, el viernes pasado. Mientras tanto, Tomás Lavanini acercaba poco a poco a Jaguares a la gran final, con el agregado de este fue su último encuentro vistiendo la camiseta negra y naranja en condición de local, luego del Mundial emigraría al rugby inglés. Otro que también jugó su último partido en Argentina fue Pablo Matera, que viajaría a Francia para ser compañero de Nicolás Sánchez en el Stade Français. “El haber jugado mi último partido acá se sintió muy especial, no lo puedo expresar con palabras y voy a extrañar mucho este ambiente y a los chicos”, expresó emocionado Matera. A pesar de todo esto, finalizando el primer tiempo hubo un temblor en Liniers. Folau Fainga´a descontó y Christian Lealiifano convirtió la conversión para lograr alguna chance en la segunda mitad.


“Jaguares, mi buen amigo...”, cantaron las 31 mil personas que asistieron a lo que parecía un festival de música. Durante las 18 fechas, los espectadores promediaban entre los 5 mil y los 8 mil. Para los cuartos de final, fueron 15 mil y en ésta ocasión duplicaron su estadía. La UAR tuvo que habilitar las dos cabeceras por completo y la platea norte alta. Estos partidos solo se llenan ante un país como lo es Nueva Zelanda, pero con una primera semifinal frente a una franquicia con mitad del equipo de Wallabies no se iba a quedar atrás.


En los 40 minutos restantes, el conjunto de Dan McKellar no pudo impresionar a los de Quesada. “El público está encima tuyo y eso para Jaguares fue algo destacable”, declaró el primera línea oceánico. Ante la energía que se vivía en las plateas, Jaguares aseguró su pase a la final con dos enormes tries de Matías Orlando. El centro nacido en Huirapuca Club Social fue hasta el momento el tryman del equipo con 8 apoyos en todo el certamen. Y, para sentenciar, como si hubiera sido poco, Emiliano Boffelli concluyó el partido infernal por 39-7. “El resultado es espectacular. Estamos por el camino correcto cumpliendo nuestro sueño y es una alegría poder hacerlo realidad”, comentó Quesada.


Los fuegos artificiales tiñeron el cielo, mientras los jugadores saludaban a los derrotados que también se llevaron el respeto de la gente. Más adelante, cuando solo quedaron sonrisas en el pasto y no más tristezas australianas, Jaguares dió una especie de vuelta olímpica saludando a todas las almas que presenciaron este verdadero show de rugby.


Solo quedan 80 minutos. Seguramente sean los más difíciles de los 1.600 que jugó. Crusaders, el favorito a ganar el tricampeonato, vs Hurricanes será el otro duelo de titanes en búsqueda de enfrentarse a los argentinos para levantar la copa del Súper Rugby. En caso que ganara el bicampeón, Jaguares deberá viajar a Christchurch para disputar la final. Sin embargo, si el equipo dirigido por John Plumtree venciera a la franquicia más fuerte del torneo, la instancia definitoria finalizaría en Liniers. “Mi objetivo personal era creer en la capacidad que podíamos tener con el grupo y el staff. El secreto fue poner claro cuál era nuestro norte y hacia donde queríamos ir”, concluyó el ex apertura de Los Pumas.

Julián Suez, estudiante de Periodismo Deportivo, 2do año, ETER.