Signorini: “Entendí la diferencia entre ser preparador de futbolistas y preparador físico”

Por Facundo Capuano

Tanto en su perfil de Twitter como en la charla que mantuvo con los alumnos de Periodismo deportivo en ETER, Fernando Signorini asegura ser un preparador de futbolistas más que un preparador físico. “El término ‘preparador físico’ -sostuvo Signorini- es un reduccionismo. Solo nos sirve para el atletismo, no para el fútbol. Un atleta tiene que entrenar la técnica para correr, sin preocuparse por algún pozo, un defensor o por el control de una pelota. Es por eso que el preparador de futbolistas tiene que entender que el jugador necesita otras herramientas’’. 

Comenzó su carrera en un café de Lincoln donde se juntaba con amigos. Una noche, uno de ellos se acercó a contarles, a él y a un tercero, que al día siguiente cerraba la inscripción para estudiar Educación Física y poder dar clases en escuelas, algo que le llamaba mucho la atención. En ese momento, le comentó a uno de ellos que esa era la carrera indicada para él, y su amigo le dijo que sería mejor que él en el profesorado. Eso al “Profe” lo motivó a anotarse. Asegura que fue una de las excusas para no quedarse con “La Jabonería’’: empresa de su padre, de subproductos ganaderos derivados de la grasa.

Una vez que se recibió, durante 10 años fue preparador físico de Rivadavia de Lincoln. En 1983 se fue a Barcelona. Los días que tenía libres se paraba en el portón del complejo del Barcelona a mirar si veía algún jugador o entrenador. Luego de haber ido más de 20 días seguidos y de insistirle al seguridad de la puerta para entrar y conocer el lugar, entró. “Cuando César (Menotti) me saludó, no dudé; le dije que era preparador físico. Yo todavía era preparador físico; le comenté que deseaba hacer una experiencia en el fútbol europeo y que quería empezar ahí, con Barcelona. Me dijo que fuera al día siguiente, que debía presentarme con mi nombre y que ya iba a estar autorizado. Empecé a ir todos los días’’.

Sobre su relación con Maradona, Signorini dijo: “La lesión que tuvo luego de chocar con Goycochea el 24 de septiembre, me ayudó a afianzarla. Días posteriores, él me planteó ser su preparador personal. En ese momento, yo no podía creer. Cuando se recuperó de ese golpe, volvimos a entrenar y ahí entendí la diferencia entre preparador de futbolistas y preparador físico”. El recuerdo rescata la experiencia, y señala: “Lo mandé a hacer unas vueltas a una pista de atletismo y después le tomé una prueba de resistencia. Cuando terminó, me dijo que eso que había hecho no servía para nada. Yo sabía que a Diego solo le gustaba hacer cosas con pelota, pero después me di cuenta de que no era únicamente un capricho de él, si no que también la preparación que debía hacer tenía que tener relación con todo lo que luego iba a ejecutar en cancha, contra otros jugadores, con pelota, sobre pasto y no en una pista’’. A partir de ahí,  Signorini asegura que empezó a entender por dónde pasaba la cosa, que los libros de fisiología y biomecánica habían sido muy útiles, pero que debía escuchar al jugador, que es el que está adentro del campo de juego. 

*Por Facu Capuano (@facu.capuano7), alumno de 3er año de Periodismo Deportivo.