RADIO WHIPALA

Por Valeria Lugosi
La tercera edición de RRULAC (Red de Radio Universitaria de Latinoamerica y el Caribe) se llevó a cabo del 9 al 11 de septiembre en Buenos Aires. Su lema fue “La comunicación: un derecho irrenunciable” y la apertura estuvo a cargo del líder de los radialistas, José Ignacio López Vigil.

Si bien la charla estaba orientada a lo popular y a lo académico, el autor de “Manual urgente para radialistas apasionados” se mostró sorprendido (“Lo popular y lo académico aún no se mezcla, hay que saltar ese muro invisible”), y fue entonces cuando decidió cambiarle el título a “Los colores de la radio”.

Para eso, extendió sobre el mantel negro y aburrido la bandera wiphala y comenzó a relacionar los siete colores que la integran con las diferentes sensaciones que debería transmitir siempre una radio universitaria.

En primer lugar, el rojo, el color de la pasión. “Queremos radios apasionadas. Nuestra pasión no son cables, ni equipos ni transmisores”, dijo, antes de empezar a tejer una hipótesis sobre la misión latinoamericana en la búsqueda de ese color en la radio: “Somos pueblos de lenguas cortadas. Literalmente, como Tupac Amaru. Fuimos callados mucho tiempo. Nuestra misión es devolver esa lengua a nuestra gente”, finalizó entre aplausos de los presentes en la Sala Argentina del Centro Cultural Kirchner.

López Vigil plantea una situación que ocurre en Ecuador, país donde se radicó, en cuanto a las radios universitarias. “Les prohíben a los estudiantes participar y contratan locutores. Si la cabina parece un quirófano, prefiero que este todo roto y hablen todos, con alta participación de los estudiantes… si no ¿para qué existe?”, cuestiona, con razón.

El siguiente color es el naranja, la energía. El teórico muestra la necesidad del pueblo de tener radios donde se escuchen a todos, donde no sean censuradas ni donde tampoco esa emisora sea funcional a la universidad. “Salgamos de la cultura de la censura y vayamos hacia la cultura del debate”, incentiva.

El amarillo, próximo en la lista, es el color de la alegría y la creatividad. López Vigil habla de un hecho: “convertimos a las radios universitarias en radios aburridas. Deben funcionar como laboratorios radiales. Rompe los formatos, crea el tuyo”. Para que esto se transforme en un hecho, se necesita creatividad, transgresión, tener derecho a equivocarse y las emisoras deben ser atrevidas, irreverentes y juveniles, empezando por la música.

El verde, el color de la naturaleza, del medio ambiente, una bandera que cree deben llevar todas las radios universitarias. “Tenemos que defender la madre tierra como si fuera la madre propia”, explica.

El azul, el color del misterio, del cielo, del mar… ¿cómo transformar a las radios universitarias para que sean programas de divulgación científica? “Debemos salir de la mentalidad mágica y pasar a la mentalidad científica”, defiende. López Vigil plantea también la necesidad de que estas emisoras aprendan a trabajar en red. No entiende como es 2015 y se sigue creyendo en el copyright. “La cultura se comparte, nace colectivamente y se entrega a la sociedad. Aprovechemos internet”, fundamenta.

El violeta, el color femenino. La radio es un medio femenino. “Ella estan mejor cableadas que nosotros”, dice López Vigil y agrega: “La radio es emitir y recibir. La mujer nos gana. El oído femenino es perfecto, pueden hacer varias cosas al mismo tiempo. Es otra capacidad”. Aprovecha el momento y cuestiona a la RRULAC,”¿cómo es que no hay un protagonismo femenino?”. Las radios universitarias debe ser inclusiva, no solo con las mujeres sino con la diversidad sexual. Debe funcionar como un espacio de participación.

Y por último, el blanco, que une todo, que es el color de la paz, de los derechos humanos. Como radialistas debemos ir en busca de una radio universitaria que defienda los derechos, que le huya a los enemigos. Necesitamos del blanco para sacar los grises.

Luego de una hora de charla, bajo la atenta mirada y el silencio de radio del público, la conclusión solo puede ser una: Sin pasión no hay buena radio.

@valerialugosi