“EL DOBLAJE SE HACE JUGANDO”
Por Pablo Duer
“Pa’ lo que gustes”, se ofrece Ariel Abadi ante la propuesta de hablar sobre la Especialización en Doblaje que lo tendrá como docente en ETER. Ese estilo desacartonado sea tal vez heredado de Homero Simpson, Austin Powers o incluso Walter White, personajes a los que puso la voz a lo largo de sus más de 20 años de trayectoria, que hoy lo encuentra también como director de doblaje. Por momentos, sin embargo, menciona un “compromiso del ser todo” y pareciera adoptar la profundidad del Señor Miyagi, otro de sus personajes. Es esa conexión, esa sintonía con lo interpretado, sobre lo que se centró para describir lo que hace y, sobre todo, lo que buscará transmitir en sus clases.
-¿Por qué es importante una especialización como esta?
-Primero uno es actor o tiene la intención de serlo y se prepara con ese objetivo. Hay diferentes técnicas para actuar en cine, en tele o en teatro y el doblaje no escapa como especialización o desafío a ese mismo principio. Y en lo que al doblaje se refiere, hay algunos principios muy técnicos y muy propios que requieren de una preparación orientada hacia las características que tiene el laburo para hacerlo lo mejor posible.
-¿Y para los locutores?
-Nuestro objetivo es que esta especialización sirva apara estimular al que se prenda en la aventura a hacer actuación. Cuando yo me inicié en el doblaje, venia del palo del teatro y del radio teatro. El panorama en cuanto a la gente que hacía doblaje era gente que venía de la actuación y lo que nosotros estamos pretendiendo con esta iniciativa es que la gente del doblaje vaya al teatro. Para quienes no conozcan la experiencia teatral y quieran crecer no sólo en lo interpretativo, en cuanto a cómo desenvolverse en el doblaje, que esto sirva también de estímulo, que deje a la gente con ganas de conocer la experiencia teatral.
-¿Existe cierto menosprecio por la oficio?
-Es cierto que ha habido un menoscabo, no poner debidamente en valor al doblaje. La verdad es que muchos de los que estamos en esto hace bastante tiempo, creemos que el actor que verdaderamente quiere hacer las cosas bien, tiene que poder hacerlo tanto en cine cuanto en doblaje. Cuando yo escucho un material que está bien doblado, creo percibir con cierta claridad si estoy escuchando a un buen actor, si el intérprete al que le estoy prestando el oído es alguien con cierta formación, con conocimiento y que está en condiciones de explotar determinada vena dramática, de trabajar sobre matices. La verdad que uno es actor, luego la vida lo va llevando por distintos caminos y te toca hacerlo en diferentes medios. Hay distintos canales de expresión y de ningún modo el doblaje debe ser puesto al margen de esto, es un canal de expresión.
-¿Es tanto un canal de expresión como también una buena puerta al mundo laboral?
-Este es un momento propicio para iniciarse profesionalmente o intentarlo a partir del doblaje en el caso de aquellas personas con una inquietud interpretativa, se trate de locutores o actores. Por cómo están dadas las condiciones en este momento en nuestro país, invita la cosa a que uno, si tiene ese deseo o inquietud, ensaye un acercamiento. A mí me parece que como comienzo está muy bueno, y si alguien que no ha incursionado en la experiencia teatral, a través de un curso como el que queremos dar, siente suficiente estímulo para seguir buceando y explorando y deriva en que quiera estudiar teatro y hacer tablas, me parece que la cosa con eso solo se completa formidablemente.
-¿Cuánto de oficio y cuanto de arte creés que tiene el doblaje?
-Yo creo que son dos caras de una misma moneda. Recrear el oficio del doblaje, que no se hace sino actuando, arroja como resultado inequívoco un fenómeno de características artísticas. El oficio artístico lo ligaría más a la relación con los elementos a través de los cuales hacés posible el doblaje, cómo te vinculas con ellas, cómo en tanto vas experimentando el doblaje te ponés canchero, te vas fogueando. Cuestiones como el vínculo con el micrófono, con el atril, con el guión, con el estudio de grabación, con el monitor ante el cual estás laburando y que te ayuda para ubicarte. Sobre todas estas cosas que requieren de tu oficio, vos montás tu arte. Yo hasta creo en una poética del doblaje, porque si hay una poética del teatro y tanto teatro como doblaje requieren de actuación, no encuentro razón por la cual no la haya. Incluso teniendo que trabajar sobre el trabajo de otro.
-¿Habría entonces algo muy propio puesto en juego?
-En el caso del doblaje, de algún modo, le damos preponderancia a la voz, pero para que llegue a tener el tono justo, el matiz poético necesario, es imprescindible comprometer al cuerpo. Cuando vos escuchás un buen doblaje, también sabés que el que lo está haciendo tiene un compromiso de su ser todo, no es que sólo pone la voz al servicio de algo. Por eso pretendemos invitar con esta iniciativa a quienes puedan estar interesados en incursionar en el mundo de la interpretación y explorar, porque también es un modo de conocerse un poquito a sí mismo, está todo mi ser, está en juego mi compromiso artístico con todo lo que puedo dar.
-¿Qué es lo específico que se va a trabajar en esta especialización?
-Nosotros trabajamos sobre la emoción, lo sensorial, hacemos un trabajo netamente teatral. Lo que hacemos es llevar eso frente al micrófono, cierto bagaje que está dentro de cada quien y muchas veces no sale a flote porque no hay un trabajo que permita que esto se dé. Hay un universo por descubrir que está dentro de cada uno de nosotros. Transitar el camino de la actuación es estimular las emociones, hacer un trabajo delicado de cómo emplear los matices, de cómo sacarlos, de cómo recrearlos. Con el cuerpo comprometido en ello también, porque para ponerse frente al micrófono primero hacemos un trabajo de tipo físico, juegos teatrales, con la respiración, los tonos y la voz. Nosotros usamos escenas en las que claramente afloran determinados sentimientos y te hacemos jugar un ejercicio con la pretensión de que a través de él te afloren sentimientos que sintonicen con el personaje al que luego vas a doblar.
-Hablás mucho de jugar…
-Nosotros creemos que no hay otro modo de empezar bien sino haciéndolo con la mayor comodidad posible. Como si el que estuviera haciéndolo, se sintiese en la comodidad de su hogar, en pantuflas. Tratando, en el caso de quien pueda padecer de algún tipo de inhibición, de ayudar a esa persona a que la supere. De tal suerte que cuanto tenga que llevar adelante la tarea que le sea encomendada en clase, logre sentir una comodidad gracias a la cual pueda jugar. Porque al doblaje, como a cualquier actuación, para hacerlo con la seriedad que merece, lo primero que hay que hacer es hacerlo jugando. El componente lúdico en todo esto no se puede dejar de lado si hay una pretensión artística. Es como cuando eras chiquitito y jugabas con tus amiguitos del barrio, no tenías inhibición, estabas libre y totalmente suelto. A medida que vamos madurando y creciendo, nos vamos alejando más de ese estado. Lo que nosotros buscamos es recrear eso.
@pabloduer
-¿Por qué es importante una especialización como esta?
-Primero uno es actor o tiene la intención de serlo y se prepara con ese objetivo. Hay diferentes técnicas para actuar en cine, en tele o en teatro y el doblaje no escapa como especialización o desafío a ese mismo principio. Y en lo que al doblaje se refiere, hay algunos principios muy técnicos y muy propios que requieren de una preparación orientada hacia las características que tiene el laburo para hacerlo lo mejor posible.
-¿Y para los locutores?
-Nuestro objetivo es que esta especialización sirva apara estimular al que se prenda en la aventura a hacer actuación. Cuando yo me inicié en el doblaje, venia del palo del teatro y del radio teatro. El panorama en cuanto a la gente que hacía doblaje era gente que venía de la actuación y lo que nosotros estamos pretendiendo con esta iniciativa es que la gente del doblaje vaya al teatro. Para quienes no conozcan la experiencia teatral y quieran crecer no sólo en lo interpretativo, en cuanto a cómo desenvolverse en el doblaje, que esto sirva también de estímulo, que deje a la gente con ganas de conocer la experiencia teatral.
-¿Existe cierto menosprecio por la oficio?
-Es cierto que ha habido un menoscabo, no poner debidamente en valor al doblaje. La verdad es que muchos de los que estamos en esto hace bastante tiempo, creemos que el actor que verdaderamente quiere hacer las cosas bien, tiene que poder hacerlo tanto en cine cuanto en doblaje. Cuando yo escucho un material que está bien doblado, creo percibir con cierta claridad si estoy escuchando a un buen actor, si el intérprete al que le estoy prestando el oído es alguien con cierta formación, con conocimiento y que está en condiciones de explotar determinada vena dramática, de trabajar sobre matices. La verdad que uno es actor, luego la vida lo va llevando por distintos caminos y te toca hacerlo en diferentes medios. Hay distintos canales de expresión y de ningún modo el doblaje debe ser puesto al margen de esto, es un canal de expresión.
-¿Es tanto un canal de expresión como también una buena puerta al mundo laboral?
-Este es un momento propicio para iniciarse profesionalmente o intentarlo a partir del doblaje en el caso de aquellas personas con una inquietud interpretativa, se trate de locutores o actores. Por cómo están dadas las condiciones en este momento en nuestro país, invita la cosa a que uno, si tiene ese deseo o inquietud, ensaye un acercamiento. A mí me parece que como comienzo está muy bueno, y si alguien que no ha incursionado en la experiencia teatral, a través de un curso como el que queremos dar, siente suficiente estímulo para seguir buceando y explorando y deriva en que quiera estudiar teatro y hacer tablas, me parece que la cosa con eso solo se completa formidablemente.
-¿Cuánto de oficio y cuanto de arte creés que tiene el doblaje?
-Yo creo que son dos caras de una misma moneda. Recrear el oficio del doblaje, que no se hace sino actuando, arroja como resultado inequívoco un fenómeno de características artísticas. El oficio artístico lo ligaría más a la relación con los elementos a través de los cuales hacés posible el doblaje, cómo te vinculas con ellas, cómo en tanto vas experimentando el doblaje te ponés canchero, te vas fogueando. Cuestiones como el vínculo con el micrófono, con el atril, con el guión, con el estudio de grabación, con el monitor ante el cual estás laburando y que te ayuda para ubicarte. Sobre todas estas cosas que requieren de tu oficio, vos montás tu arte. Yo hasta creo en una poética del doblaje, porque si hay una poética del teatro y tanto teatro como doblaje requieren de actuación, no encuentro razón por la cual no la haya. Incluso teniendo que trabajar sobre el trabajo de otro.
-¿Habría entonces algo muy propio puesto en juego?
-En el caso del doblaje, de algún modo, le damos preponderancia a la voz, pero para que llegue a tener el tono justo, el matiz poético necesario, es imprescindible comprometer al cuerpo. Cuando vos escuchás un buen doblaje, también sabés que el que lo está haciendo tiene un compromiso de su ser todo, no es que sólo pone la voz al servicio de algo. Por eso pretendemos invitar con esta iniciativa a quienes puedan estar interesados en incursionar en el mundo de la interpretación y explorar, porque también es un modo de conocerse un poquito a sí mismo, está todo mi ser, está en juego mi compromiso artístico con todo lo que puedo dar.
-¿Qué es lo específico que se va a trabajar en esta especialización?
-Nosotros trabajamos sobre la emoción, lo sensorial, hacemos un trabajo netamente teatral. Lo que hacemos es llevar eso frente al micrófono, cierto bagaje que está dentro de cada quien y muchas veces no sale a flote porque no hay un trabajo que permita que esto se dé. Hay un universo por descubrir que está dentro de cada uno de nosotros. Transitar el camino de la actuación es estimular las emociones, hacer un trabajo delicado de cómo emplear los matices, de cómo sacarlos, de cómo recrearlos. Con el cuerpo comprometido en ello también, porque para ponerse frente al micrófono primero hacemos un trabajo de tipo físico, juegos teatrales, con la respiración, los tonos y la voz. Nosotros usamos escenas en las que claramente afloran determinados sentimientos y te hacemos jugar un ejercicio con la pretensión de que a través de él te afloren sentimientos que sintonicen con el personaje al que luego vas a doblar.
-Hablás mucho de jugar…
-Nosotros creemos que no hay otro modo de empezar bien sino haciéndolo con la mayor comodidad posible. Como si el que estuviera haciéndolo, se sintiese en la comodidad de su hogar, en pantuflas. Tratando, en el caso de quien pueda padecer de algún tipo de inhibición, de ayudar a esa persona a que la supere. De tal suerte que cuanto tenga que llevar adelante la tarea que le sea encomendada en clase, logre sentir una comodidad gracias a la cual pueda jugar. Porque al doblaje, como a cualquier actuación, para hacerlo con la seriedad que merece, lo primero que hay que hacer es hacerlo jugando. El componente lúdico en todo esto no se puede dejar de lado si hay una pretensión artística. Es como cuando eras chiquitito y jugabas con tus amiguitos del barrio, no tenías inhibición, estabas libre y totalmente suelto. A medida que vamos madurando y creciendo, nos vamos alejando más de ese estado. Lo que nosotros buscamos es recrear eso.
@pabloduer