Alejandro Seselovsky: “El deseo es eso que nos pone a andar”
Por Julieta Sitner Willig | @jusitner
Alejandro Seselovsky, periodista y escritor de Revista Anfibia, Rolling Stone y La agenda, visitó a los alumnos de la carrera de Periodismo para contarles sobre su recorrido profesional. Además, explicó cuál es su forma de trabajar, habló del periodismo en la actualidad y aconsejó a los futuros colegas.
La clase de “Escritura creativa” de la carrera de Periodismo tuvo un invitado especial. El aula se colmó de estudiantes, dos cámaras apuntaron al frente del salón cuando la profesora y directora de la carrera, India Molina, le dió la bienvenida al periodista Alejandro Seselovsky. “A mi me costó muchísimo escribir lo que tenía ganas, de los veinte a los treinta y cinco años obedecí órdenes. Entiendan que la libertad es un trayecto y cuesta mucho ganarse la letra propia”, expresó.
Recordando sus inicios, el periodista dijo: “Lo único que me movía es el deseo y ese es el capital que tenemos”, además agregó: “El deseo sólo no es nada, se acompaña de laburo pero cumplí cuarenta y ocho años y el deseo sigue ahí”. “Nosotros escribimos de nosotros mismos, lo que vivimos, somos nuestro propio archivo, el archivo más importante soy yo, mi vida, lo que me pasó”, sentenció Seselovsky.
Consultado por los alumnos acerca de su organización y el arranque de los textos el periodista respondió: “Cuando uno vuelve de la cobertura, de laburar en el campo, está cargado de cosas y ese acopio te da el ingreso al texto. Podes identificar qué es lo que más fuerte te pegó y ahí está la cabeza”. Además explicó: “La mejor cabeza es la que patea más fuerte las puertas. Te tiene que sentar y no te puede soltar”.
Siguiendo con el armado y la redacción del texto, Alejandro agregó: “¿El primer párrafo tiene que ser mejor que el segundo?, no lo sé, pero lo que sí sé es que en cada párrafo tengo que dejar la vida. Y tengo que darle matices al texto, es como un oleaje, no puede estar al palo todo el tiempo, es como un hojaldre, tiene capas, aire”.
A modo de recomendación mencionó: “Usen los blancos, el texto es un hecho visual y sonoro también, cada texto tiene ritmo, música, cadencia y busca tenerla”, además explicó: “Mi forma de saber el punto del texto es hacerlo sonar , leerlo fuerte en voz alta, al gato, a la heladera, no importa, ahí arrastras las comas, los errores, las corcheas que desentonan”.
Al finalizar la clase, Seselovsky habló sobre la actualidad de los medios y manifestó: “El periodismo no dejó de ser el que era y no es todavía el que será. Hay una especie de pasaje del modelo analógico al digital, pero ni el modelo analógico ha concluido, ni el digital ha entregado clave de cómo va a funcionar. No están los modelos de negocios constituidos, no se sabe cómo va a funcionar, quién va a poner la plata, hay que esperar. “
A modo de consejo para los alumnos presentes, el invitado recomendó: “A los 21 se están formando, absorban todo y lean mucho”, luego agregó: “Escriban lo que necesitan entender, cuando encuentran un punto disruptivo, estén atentos siempre a la disrupción , eso que astilla a la regularidad del campo, ahí hay una historia, dónde se rompe el mundo, ahí está el texto ”. El escritor concluyó: “Recuerden siempre que el deseo es eso que nos pone a andar”.
*Julieta Sitner Willig, estudiante de Periodismo, 3er año, ETER.
La clase de “Escritura creativa” de la carrera de Periodismo tuvo un invitado especial. El aula se colmó de estudiantes, dos cámaras apuntaron al frente del salón cuando la profesora y directora de la carrera, India Molina, le dió la bienvenida al periodista Alejandro Seselovsky. “A mi me costó muchísimo escribir lo que tenía ganas, de los veinte a los treinta y cinco años obedecí órdenes. Entiendan que la libertad es un trayecto y cuesta mucho ganarse la letra propia”, expresó.
Recordando sus inicios, el periodista dijo: “Lo único que me movía es el deseo y ese es el capital que tenemos”, además agregó: “El deseo sólo no es nada, se acompaña de laburo pero cumplí cuarenta y ocho años y el deseo sigue ahí”. “Nosotros escribimos de nosotros mismos, lo que vivimos, somos nuestro propio archivo, el archivo más importante soy yo, mi vida, lo que me pasó”, sentenció Seselovsky.
Consultado por los alumnos acerca de su organización y el arranque de los textos el periodista respondió: “Cuando uno vuelve de la cobertura, de laburar en el campo, está cargado de cosas y ese acopio te da el ingreso al texto. Podes identificar qué es lo que más fuerte te pegó y ahí está la cabeza”. Además explicó: “La mejor cabeza es la que patea más fuerte las puertas. Te tiene que sentar y no te puede soltar”.
Siguiendo con el armado y la redacción del texto, Alejandro agregó: “¿El primer párrafo tiene que ser mejor que el segundo?, no lo sé, pero lo que sí sé es que en cada párrafo tengo que dejar la vida. Y tengo que darle matices al texto, es como un oleaje, no puede estar al palo todo el tiempo, es como un hojaldre, tiene capas, aire”.
A modo de recomendación mencionó: “Usen los blancos, el texto es un hecho visual y sonoro también, cada texto tiene ritmo, música, cadencia y busca tenerla”, además explicó: “Mi forma de saber el punto del texto es hacerlo sonar , leerlo fuerte en voz alta, al gato, a la heladera, no importa, ahí arrastras las comas, los errores, las corcheas que desentonan”.
Al finalizar la clase, Seselovsky habló sobre la actualidad de los medios y manifestó: “El periodismo no dejó de ser el que era y no es todavía el que será. Hay una especie de pasaje del modelo analógico al digital, pero ni el modelo analógico ha concluido, ni el digital ha entregado clave de cómo va a funcionar. No están los modelos de negocios constituidos, no se sabe cómo va a funcionar, quién va a poner la plata, hay que esperar. “
A modo de consejo para los alumnos presentes, el invitado recomendó: “A los 21 se están formando, absorban todo y lean mucho”, luego agregó: “Escriban lo que necesitan entender, cuando encuentran un punto disruptivo, estén atentos siempre a la disrupción , eso que astilla a la regularidad del campo, ahí hay una historia, dónde se rompe el mundo, ahí está el texto ”. El escritor concluyó: “Recuerden siempre que el deseo es eso que nos pone a andar”.
*Julieta Sitner Willig, estudiante de Periodismo, 3er año, ETER.