Miriam Lewin: “Durante el Mundial, veíamos el partido sentados con los represores”

Por Juli García

Mientras Argentina vibraba con los goles de Kempes y celebraba la copa del mundo, en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) los detenidos sobrevivían en condiciones inhumanas, algunos obligados a trabajar para sus propios captores y otros enfrentando la tortura y la muerte. Esa fue la experiencia que relataron la periodista Miriam Lewin y Ricardo Coquet, sobrevivientes de la ESMA, en una charla en ETER, donde compartieron cómo atravesaron el “Mundial 78” desde el encierro y el horror de aquel centro clandestino.

“Durante el Mundial veíamos el partido sentados con los represores”, recordó Mirian Lewin, periodista y exdetenida, al describir el sinsentido de ver los partidos junto a quienes los habían secuestrado. No hubo festejo para ella: cuando Argentina salió campeón, los llevaron, aún con visibles marcas del secuestro y la tortura, a comer pizza a una pizzería. Afuera, la gente celebraba sin saber —o sin querer saber— lo que ocurría en el país. “Me quitaron la alegría, nunca más festejé un Mundial”, lamentó.

Lewin aseguró que el campeonato fue una operación propagandística eficaz para la Junta Militar, que buscaba mostrar al mundo una imagen de normalidad mientras ejecutaba un plan sistemático de desaparición. “Yo vivía la alegría de los represores y me desconcertaba que hubiera compañeros que se alegraran con los goles de Argentina”, señaló Lewin.

Ricardo Coquet trabajaba en la carpintería como parte del sistema de trabajo esclavo al que sometían a los detenidos con habilidades útiles. Durante el Mundial, veía los partidos en una pequeña televisión instalada en la enfermería del sótano. Recordó con dolor el partido contra Perú: mientras se definía el resultado, los represores cerraron la puerta. Al abrirla, encontraron a un compañero con signos de haber ingerido cianuro. “Los futboleros vivíamos con una contradicción terrible, queríamos que ganara Argentina”, expresó. “Era alegría, tristeza, dolor. Fue muy tremendo”.

Cerca del cierre de la charla, ambos reflexionaron sobre el presente de la militancia y la falta de compromiso político. Coquet sostuvo: “No me siento desesperanzado, me siento responsable como generación por no haber enseñado a cuidar el país”. Lewin, en cambio, arengó a los estudiantes que estaban presentes en la charla: “Nosotros estamos inhabilitados para un tipo de militancia que solo puede generar ustedes, hay lenguajes que ustedes manejan que nosotros no manejamos”.

* Por  Juli García (@ajulig22), estudiante de 2do año de Periodismo.