"Cuando la idea es genuina, trasciende y las herramientas dejan de ser necesarias"
Por Macarena López | @MacarenaLpez12
El aula del segundo piso de ETER estaba llena cuando entró Carolina Aguirre -guionista, escritora y columnista- para dar una charla en la que desarmó varios mitos del detrás de escena de la TV y marcó las diferencias de producción entre Estados Unidos y Argentina. El viernes 18, los estudiantes de las carreras de Guion, Producción Audiovisual y Periodismo, permanecieron durante dos horas expectantes ante la visita de la autora de Ciega a Citas, Farsantes, Guapas y Signos.
"Roberto Gomez Bolaños puede contar una historia que vemos hace décadas, que vieron generaciones y generaciones, que sigue midiendo 6 puntos de rating, con dos decorados de fibrofácil, y pintándole las pecas con marcador a la chilindrina" aseguró Aguirre ante la pregunta de un alumno sobre el éxito del Chavo, y agregó: "Hay algo que es genuino en la idea, en los personajes, en cómo está planteada, que trasciende, cómo que las herramientas no son necesarias. Lo importante siempre es la idea, no hay que dejarse confundir por el ornamento, el decorado, el firulete y todo lo que está alrededor".
Vestida de negro y con los labios colorados, la escritora que se volvió reconocida gracias a su blognovela (que más tarde se convirtió en libro y en serie de televisión), y que ahora trabaja en Polka junto a Adrián Suar, se encargó de desmantelar las relaciones detrás de la producción audiovisual y de la escritura de ficción: "Hay que sacarse la idea de la cabeza de que uno es un artista y el productor es un enemigo. Es normal odiar a tu productor, esa tensión natural es buena para el trabajo, porque su función es tratar de llegar a hacer ‘eso’ con la menor plata posible, y mi misión es tratar de sacarle todo lo que pueda. Pero es mi aliado, vamos a negociar, es un equipo", confesó Carolina Aguirre.
A lo largo de la clase, sostuvo que en la escritura del guion todo se basa en la estructura, que la estructura es arte y que si la idea está bien estructurada, nada puede fallar: "La idea tiene que tener peso dramático, el personaje tiene que tener una misión, son estructuras clásicas de toda la vida, se estructura así desde que el mundo es mundo. Creer que vos vas a descubrir algo que Shakespeare no descubrió es ridículo. No entiendo la obsesión tampoco, yo uso lo que me dio Shakespeare de mil amores, lo agarró corriendo, no tengo ningún drama", apuntó Aguirre.
Además usó ejemplos de series y películas norteamericanas como Lost, House of Cards, Billy Elliot y Breaking Bad, para comparar los distintos estilos de producción estadounidense, las diferencias entre los programas: seriados, autoconcluyentes, de personajes y de tramas; las diferentes herramientas y recursos con los que cuentan y que escasean en Argentina. “Nosotros todavía no tenemos industria, en Estados Unidos casi todas las series están protagonizadas por actores que no conoce nadie, acá nosotros seguimos con una tele más antigua, que se relaciona directamente con el actor famoso, la estrella, y cuando mejor elenco tenés mejor te va”, explica la guionista.
"Roberto Gomez Bolaños puede contar una historia que vemos hace décadas, que vieron generaciones y generaciones, que sigue midiendo 6 puntos de rating, con dos decorados de fibrofácil, y pintándole las pecas con marcador a la chilindrina" aseguró Aguirre ante la pregunta de un alumno sobre el éxito del Chavo, y agregó: "Hay algo que es genuino en la idea, en los personajes, en cómo está planteada, que trasciende, cómo que las herramientas no son necesarias. Lo importante siempre es la idea, no hay que dejarse confundir por el ornamento, el decorado, el firulete y todo lo que está alrededor".
Vestida de negro y con los labios colorados, la escritora que se volvió reconocida gracias a su blognovela (que más tarde se convirtió en libro y en serie de televisión), y que ahora trabaja en Polka junto a Adrián Suar, se encargó de desmantelar las relaciones detrás de la producción audiovisual y de la escritura de ficción: "Hay que sacarse la idea de la cabeza de que uno es un artista y el productor es un enemigo. Es normal odiar a tu productor, esa tensión natural es buena para el trabajo, porque su función es tratar de llegar a hacer ‘eso’ con la menor plata posible, y mi misión es tratar de sacarle todo lo que pueda. Pero es mi aliado, vamos a negociar, es un equipo", confesó Carolina Aguirre.
A lo largo de la clase, sostuvo que en la escritura del guion todo se basa en la estructura, que la estructura es arte y que si la idea está bien estructurada, nada puede fallar: "La idea tiene que tener peso dramático, el personaje tiene que tener una misión, son estructuras clásicas de toda la vida, se estructura así desde que el mundo es mundo. Creer que vos vas a descubrir algo que Shakespeare no descubrió es ridículo. No entiendo la obsesión tampoco, yo uso lo que me dio Shakespeare de mil amores, lo agarró corriendo, no tengo ningún drama", apuntó Aguirre.
Además usó ejemplos de series y películas norteamericanas como Lost, House of Cards, Billy Elliot y Breaking Bad, para comparar los distintos estilos de producción estadounidense, las diferencias entre los programas: seriados, autoconcluyentes, de personajes y de tramas; las diferentes herramientas y recursos con los que cuentan y que escasean en Argentina. “Nosotros todavía no tenemos industria, en Estados Unidos casi todas las series están protagonizadas por actores que no conoce nadie, acá nosotros seguimos con una tele más antigua, que se relaciona directamente con el actor famoso, la estrella, y cuando mejor elenco tenés mejor te va”, explica la guionista.