Con los botines y desde el banco, un análisis del periodismo
Una parte fundamental del periodismo (deportivo, para el caso), es poder conversar con los protagonistas para construir los relatos que expliquen el pasado y el presente. Por eso, el exfutbolista y actual director técnico pasó por ETER para conversar con los estudiantes sobre su vida en el fútbol, atravesada por diversos roles. Y reflexionó respecto de la tarea periodística.
En los pasos de su carrera como jugador fue siempre centro delantero y militó en clubes como San Lorenzo, Boca y Estudiantes de La Plata. En el equipo de Boedo tuvo sus primeras experiencias como director técnico, junto a Pellegrini, pero además fue parte del cuerpo técnico de la Selección Argentina Sub-20, Olimpo, Aldosivi y Güemes de Santiago del Estero, entre otros. Pero hizo una aclaración: “Si me preguntan por la mejor época, es la de futbolista”.
Profundizó sobre esa sensación en lo que fue un análisis de la actualidad del fútbol. Además, sumó una crítica a ciertos abordajes mediáticos que ponderan los resultados por sobre los trabajos realizados cotidianamente e incluso los procesos institucionales. “La carrera de técnico es linda, apasionante, pero es mucho más compleja y en cierta manera hay mucha injusticia. Se disfruta menos el día a día porque hoy hay demasiada presión de exitismo y no se llega a analizar el trabajo”, sostuvo Perazzo. Y señaló que para el periodista es más fácil “con el diario del lunes”.
Junto a los estudiantes, reflexionó sobre las oportunidades en el rol de comunicadores, de abordar los partidos no solamente en sus 90 (o 120) minutos, sino en relación a los diversos contextos económicos, materiales y organizativos de cada plantel e incluso de cada institución. Y como el fútbol es una construcción de muchos también abordó el pensamiento en torno al rol de los dirigentes y la necesidad de que el periodismo considere a estos actores en los análisis y relatos: “Muchas veces las mismas autoridades terminan inclinando el mensaje para un lado o para el otro. Eso pasa porque el dirigente se quiere desligar del insulto o que se hable de ellos. Por eso tendría que haber una escuela de dirigentes. El que toma las decisiones es el que menos sabe y menos se prepara”.
* Micaela Garay (@micagamuza), estudiante de 3er año de Periodismo Deportivo.