Cómo se armó la historia que llamó la atención de todos

Por Abelardo Lacoa

 

     El podcast, producido por Maggi, que se autodefine como periodista punk, storyteller y redactor todoterreno, transcurre en un espacio temporal de poco más de un año. Desde 2018, cuando Javier Messina, conocido artísticamente como “Dios punk”,  es denunciado mediante un audio viral por haber querido drogar a una pasajera de un colectivo mediante un fanzine contaminado,  hasta que en  2019 se arroja desde la ventana del departamento de su hermana en el centro de Rosario. Sobre este hecho y sobre las consecuencias del linchamiento social mediante acusaciones de endeble fundamentación, trata el podcast premiado por la Fundación Gabo. 

 

     Nicolás Maggi lo contó así: “El proceso de `La segunda muerte del Dios punk´ arrancó con una nota del diario La Capital, donde yo trabajo. Y lo menciono porque tiene que ver con las restricciones del papel, fue el momento en que me di cuenta de que la historia daba para más que para una doble página un domingo que me habían asignado y que, incluso, lo peleé y me habían dado dos páginas y un poco más”. Con formato audio como herramienta para la difusión de un material acumulado, que no se había podido utilizar, junto con una gran cantidad de archivo sonoro y audiovisual de Javier Messina como artista, que permitió darle forma al mensaje sobre un paisaje de música punk y calles rosarinas. En la búsqueda de contar con un sólido respaldo investigativo, Nicolás Maggi resaltó: “El guión no está terminado hasta que se termina de grabar la última voz, porque primero se investiga bastante a fondo y va tomando forma cierta estructura de guión respecto de qué es lo que tenemos. Mientras van apareciendo cosas nuevas que se pueden incluir, retomar o crear saltos temporales lo vamos ubicando en la cronología que tenemos, y una vez que decidimos cortar con la investigación decimos ‘hasta acá llegamos’, porque esa es una parte muy importante de establecer una historia, que es no caer en la hiper narratividad”. Contando la historia de corrido, como la siguieron sus protagonistas. El comienzo da cuenta desde el principio del final de la historia, desde que se enciende el podcast ya se conoce el final: muere el Dios punk.

 

    Maggi subraya que no le escapa a la subjetividad que tiene todo periodista, pero que usa su propio estilo, en el que la subjetividad “no aparezca dicha, que la subjetividad aparezca en el recorte, que la subjetividad aparezca en la forma en la que lo vamos a contar”. Allí, el narrador no enjuicia lo sucedido. Una historia que se cuenta sin explicitar el mensaje que se quiere dar sino contándola de manera que los oyentes lo interpreten por su cuenta.

 

* Abelardo Lacoa, estudiante de la Especialización en Periodismo y Comunicación Digital.