Caride y su libro "Vamos las pibas": un año de convivencia en el penal con "Las Espartanas"
La escritora y paisajista brindó una charla presencial a los alumnos de Periodismo Deportivo (ETER). Entre otras cosas, contó por qué decidió estudiar paisajismo. Además, reveló qué la inspiró a escribir su famoso libro "Vamos las pibas" y compartió su experiencia al convivir desde adentro del penal con "Las Espartanas".
La escritora es autora del libro "Vamos las pibas" (Marea), conocido por documentar su experiencia con "Las Espartanas", un equipo de mujeres que juegan al rugby en el penal de San Martín: “Ellas me inspiraron a escribir su historia. No fui con la intención de hacer un libro ni pensando que me compartirían sus vivencias. Mi objetivo era ver qué podía aportarles, pero al final ellas me dieron a mí una historia para contar. Durante un año, estuve todos los lunes de 9:30 a 12, hasta que nos echaban porque tenían requisa o visita. El acercamiento fue algo natural”, relató. Después de convivir un año con el equipo, Caride detalló cómo era el ambiente dentro de la cárcel y los permisos necesarios para entrar y salir: “Yo no tenía problemas para ingresar porque iba a través de la fundación. Adentro, ellas tienen celulares y por la noche ven películas, pero durante el día hacen otras actividades. Yo solía llevar cosas para comer y nunca me decían nada, aunque después me informaron que no estaba permitido. También llevaba plantas que tenía en casa porque querían decorar”.
Agustina Caride estudió Letras en la UBA y Paisajismo en el Instituto Argentino del Paisajista. Sobre esto, dijo: “A mis papás les gustaban mucho las plantas y eran muy lectores. Desde chica me rodeé de plantas y libros, era algo que ya estaba en mi casa. El paisajismo era mi segunda carrera, hice el curso de letras laburando como paisajista. Las dos tienen una buena relación porque tienen que ver con el diseño”. Por otro lado, compartió el origen de su pasión por la escritura y cómo se sintió al publicar su primer libro: “Desde muy chica ya sabía que quería ser escritora, soñaba con la presentación de mi primer libro. Empecé en un taller literario con una idea de novela en la cabeza. Cuando me quedé sin trabajo, aproveché el tiempo para escribir y nació Y sin embargo no llovió, una autopublicación”, destacó. Ese material no lo guardó en un cajón y empezó a llevarla a editoriales. “Pero no me prestaron atención, así que decidí pagar la edición yo misma y finalmente salió con la editorial Simurg”.
Para concluir, explicó que "Las Espartanas" no enfrentaron prejuicios por practicar un deporte tradicionalmente asociado a los hombres como el rugby: “Ellas juegan con total normalidad, no sufrieron discriminación. Si alguien les decía que no podían jugar, se envalentonaban más y querían hacerlo igual. Creo que el rugby es un gran deporte porque cada jugador tiene un puesto, sin importar sus cualidades físicas. En ese contexto, todos son iguales”. Caride también apoyó la iniciativa de replicar estas actividades deportivas en otros penales: “Ya hay Espartanos en Tucumán, en San Juan, y recientemente viajaron a Inglaterra, algo que ni ellos mismos podían creer. Hoy, tanto los Espartanos como las Espartanas tienen su propio pabellón, un gimnasio dentro, y construyeron un auditorio que sirve como un espacio de comunicación entre la cárcel y el exterior”. Sobre esa experiencia de conocer desde adentro, agregó: “Además, cuentan con un área de computadoras y empresas comprometidas a ofrecerles trabajo cuando salen. También tienen el tercer tiempo, que es un período de seis meses cuando se van para decidir si desvincularse o seguir con el apoyo psicológico del penal".
* Por Omar Barrios, (@omarbarrioss), estudiante de 3er año de Periodismo Deportivo.