Pedro Ruiz: "Cada uno tiene que ponerle su impronta"

Por Ludmila Gurevich | @luligurevich
Los estudiantes de primer año de Locución, junto a su docente Cristina Taboada, recibieron en ETER Sede Acevedo, al narrador, locutor y actor de doblaje Pedro Ruiz. El protagonista contó un poco sobre su experiencia pero principalmente dedicó el encuentro a que los alumnos narren y actúen con sus voces cuentos llevados por él.


Pedro dió una breve introducción al comienzo de la clase hablando sobre algunos de sus trabajos y anécdotas de su vida como locutor. Entre algunos chistes para descontracturar el ambiente, explicó que, para él, su trabajo es más de actuación que de locución y que si se le pide que ponga voz de locutor se tiene que esforzar. “Básicamente, lo que yo trato de hacer es ser una persona normal que habla mejor”, afirmó.


Sin dar muchas vueltas, sacó dos libros infantiles que trajo para los alumnos y los invitó a que pasen de a uno a narrar fragmentos del libro para ver como lo hacían. La razón por la que eligió libros infantiles, y no uno de Borges, por ejemplo, como dijo el locutor, es porque un libro para chicos tiene más material para actuar y ayuda a desarmar un poco más la voz. Además, les explicó la importancia de los movimientos corporales a la hora de hablar, ya que los mismos influyen y acompañan a la voz.




Fueron varios los alumnos que se animaron a enfrentarse a los cuentos, y a medida que iban pasando, Pedro les iba marcando y corrigiendo distintas cosas, siempre con buena onda y respeto mientras el resto del grupo escuchaba activamente. “Esta bueno respetar lo que cada uno propone con su voz, no somos un molde, cada uno tiene que ponerle su impronta y hacerlo propio al texto. Lo que yo les transmito lo aprendí trabajando y se los transmito porque me sirvió y me sigue sirviendo, probablemente les sirva a ustedes también, a cada uno con su estilo”, remarcó Pedro.


La clase fue amena y los estudiantes estuvieron entusiasmados con la propuesta. Quienes tuvieron la oportunidad de pasar al frente, pudieron descubrir en ellos mismos y en sus voces, algunas cosas que no sabían que podían hacer hasta el momento. “Si están acá, aunque no lo sepan, tienen oído. Están entrando a un mundo en el que tienen que autoexplorar todo. Cada ejercicio que nosotros abordemos es una experiencia personal, de exploración y lo que hagan después con esa experiencia, es decisión de cada uno”, añadió Pedro.


Una de las inquietudes que trajeron los alumnos fue el tema de la vergüenza a la exposición o el miedo a hacer el ridículo a la hora de narrar o hacer una locución. Pablo frente a esas inquietudes, les dió una respuesta que los dejó pensando: “Esto no es hacer el ridículo, quizás, lo sea ponerse a hacer voces en la sala de un hospital. Uno tiene miedo porque no se quiere enfrentar a uno mismo, ese es el problema, haciendo esto nos enfrentamos todo el tiempo a nosotros”.


Los futuros locutores quedaron muy impresionados por todas las correcciones y consejos que les dió Pedro a lo largo del encuentro y que podrán seguir explorando a lo largo de toda su carrera.