Pablo Bruetman: “Un medio no puede ser confiable si responde a un cierto interés político”

Por Martín Magno

El periodista de la revista “Cítrica” habló sobre cómo es la vida de un medio independiente y marcó un paralelismo con los masivos.

 

La vida cotidiana de un medio autogestivo conlleva varios desafíos diarios que terminan siendo superados muchas veces por el impulso y trabajo de aquellos que lo llevan adelante. Pablo Bruetman es uno de estos pilares que hoy forma parte de “Cítrica”, una cooperativa de trabajadoras y trabajadores que surgió luego del conflictivo cierre del diario “Crítica de la Argentina”. Contó en ETER cómo es el día a día de un periodista independiente. En su relato, Bruetman opinó que “los medios que solemos llamar hegemónicos son los menos confiables. No dependen de quienes lo producen, sino de distintas empresas, del estado o políticos. Un medio no puede ser confiable si responde a un cierto interés político o a alguien que lo financia”.

A pesar de que se lo notaba con cierto nerviosismo al principio, luego fue poniéndose cómodo para poder explicar en detalle cómo es estar en un medio independiente. “Hacer periodismo autogestionado, es ser dueños de nuestras palabras”. En relación a los comienzos de “Cítrica”, conseguir trabajar con otros diarios o revistas cooperativas fue fundamental para mantenerse en pie. Con el paso del tiempo, la mutación hacia el medio digital y la disminución de ediciones semanales a mensuales, significó también un alivio económico para subsanar los aumentos del costo del papel. “Siempre que hablemos de medio autogestivo, tenemos que hablar de que para mantenerse es necesario una diversidad en la sustentabilidad. Lo ideal es que la mitad de los ingresos dependan de los suscriptores, pero existen subsidios nacionales o internacionales, publicidad o alianzas que también suman”, explicó Bruetman.

En estos medios lo que más cuesta conseguir son las horas de trabajo. “Teniendo en cuenta que la profesión es precarizada, donde uno como periodista tiene que tener varios trabajos para poder subsistir, cuando alcanzó para pagarle a una compañera para que trabaje cuatro horas por días, tres veces a la semana por cuatro meses, lo hicimos. De esta manera empezamos a producir más, a mejorar la web y también nos liberó a otros para buscar sustentabilidad o más suscripciones. Cuando mejoramos en contenido y calidad, pudimos ir a conseguir auspiciantes, que en realidad son organizaciones vinculadas a lo que hacemos”.

En cuanto a contenido, tuvieron una presencia diferencial en la cobertura del caso Maldonado con respecto a los medios grandes y consiguieron destacar. “Después de 10 días de la desaparición, fuimos los únicos que estuvimos en el lugar, poniendo primero a la familia de él”, explicó Bruetman, y agregó sobre hacía dónde apuntan con sus coberturas. “Nuestras temáticas principales tienen que ver con la defensa de los cuerpos y los territorios, la soberanía alimentaria y los pueblos originarios, el transfeminismo, derechos humanos en general y la cultura entendida desde ciertos aspectos”, sostuvo Bruetman. 

La redacción, hasta la pandemia, se encontraba en el Hotel B.A.U.E.N., que luego cerró debido a la cantidad de deudas generadas por el aislamiento de la cuarentena. Más relajado sobre el final, con los brazos en la cabeza, el periodista señaló:  “Tener un espacio en común nos sirvió porque se generó un sentido de pertenencia. Nos podíamos reunir y surgían ideas. Nos fue muy dificultoso incorporar más gente, porque no es lo mismo tener un compañero al que capaz nunca lo viste en persona”. En cuanto a su experiencia como periodista en relación de dependencia, en relación al pedido de los editores sobre qué escribir, consideró que eso hacía que fuera  “aburrido y frustrante”. “En `Cítrica´ soy libre”.

 

* Martín Magno, estudiante de tercer año de la carrera de Periodismo Deportivo.