LIBROS RECOMENADOS
Arlt fue periodista y escritor. Maestro y mentor –sin saberlo, murió joven- de muchos libros que se publicaron después de los suyos. Generó aquella frase sobre la sangre de la escritura. “Crearemos nuestra literatura, no conversando continuamente de literatura, sino escribiendo en orgullosa soledad libros que encierran la violencia de un cross a la mandíbula”. El paisaje en las nubes es la antología de sus crónicas para el diario El Mundo. Arlt actúa como un observador exigido, obligado a encontrar “algo interesante. La experiencia de buscar el tema es uno de los grandes momentos de las aguas fuertes, escribe Ricardo Piglia en el prólogo. Es uno de esos libros para fantasear con llevarse a una isla.
LA ORILLA DEL RÍO comienza a cubrirse de florecillas, y algunos hombres con gorra empujan a las ovejas hacia las aguas, para bañarlas. Pasos más atrás, frente a una hostería de muros de piedra, sentadas alrededor de rústicas mesas de madera pueden verse, tomando sus tazas de cerveza, a unas campesinas con altas galeras negras de alas planas y copa como el tubo de una chimenea, y más aún, sola junto a una mesa, permanece una mujer alta y fea, completamente enlutada. La señora alta y fea, de labios finos y grueso rostro pálido, mira las ovejas, luego las campesinas, y más tarde su mirada se pierde entre los rodillos verdes, erizados de ramas indisciplinadas, que forman la espesura vegetal en muchas partes del condado.
LA ORILLA DEL RÍO comienza a cubrirse de florecillas, y algunos hombres con gorra empujan a las ovejas hacia las aguas, para bañarlas. Pasos más atrás, frente a una hostería de muros de piedra, sentadas alrededor de rústicas mesas de madera pueden verse, tomando sus tazas de cerveza, a unas campesinas con altas galeras negras de alas planas y copa como el tubo de una chimenea, y más aún, sola junto a una mesa, permanece una mujer alta y fea, completamente enlutada. La señora alta y fea, de labios finos y grueso rostro pálido, mira las ovejas, luego las campesinas, y más tarde su mirada se pierde entre los rodillos verdes, erizados de ramas indisciplinadas, que forman la espesura vegetal en muchas partes del condado.