“LA RECUPERACIÓN DE MALVINAS SE HACE A TRAVÉS DEL DIÁLOGO”

Por Sebastián Galeazzi
El veterano de la guerra de Malvinas, Esteban Tries, compartió su experiencia de vida entre los estudiantes de segundo año de la carrera Periodismo Deportivo de ETER, el pasado martes. Cómo lo marcó ir a la guerra y cómo es vivir después de ella.

Tries, esposo y padre de dos hijos, también técnico electrónico y de comunicaciones, aprovechó para resaltar el trabajo que hoy ocupa a través de estos encuentros en distintas escuelas con la idea de concientizar y sobre todo de acercar lo sucedido en Malvinas a una generación de alumnos que le queda lejos aquel conflicto bélico.

Comenzó haciendo hincapié en lo que fue su experiencia de 1981, cuando le tocó salir sorteado para realizar el servicio militar. Allí puntualizó:
“Mi vida hasta ese momento era totalmente normal. Vivía con mis viejos, tenía novia y estaba en primer año de la facultad”. Aclaró en ese momento que por su cabeza pasaba lo mismo que a la mayoría: “¿Para qué voy a hacer el servicio militar? Voy a perder un año de facultad.”

En esa etapa fue donde comenzó la relación con el sargento Manuel Villegas. Él mismo expresó su sentimiento hacia quien en la actualidad lo considera como un “hermano de la vida”: “Hoy, sacando mi familia, la persona que más amo es al sargento Villegas”. Aprovechó el momento para describir lo que fue la conmovedora historia en la que le salvó la vida cuando el superior estaba herido de gravedad en pleno combate: “Cuando lo voy a socorrer a pesar de su negativa, me dice que le pegue un tiro y me haga cargo del grupo. Le contesté que nos debíamos un asado. Ahí lo cargamos con otro soldado, nos replegamos y lo llevamos ocho kilómetros hasta dejarlo en el hospital”.

Tries describió los primeros días de su regreso al cuartel en 1982 previo a viajar a Malvinas: “La gran mayoría de los que se habían dado de baja luego del servicio militar, volvieron voluntariamente cuando nos llamaron. Más allá de los rumores, nos enteramos que íbamos a Malvinas en el avión cuando estábamos en pleno viaje a las Islas”. A pesar de sus vivencias, cree que las guerras son “una locura del hombre”.

Al momento de contar lo sucedido con el desembarco, Tries remarcó el desconocimiento general: “Ni bien pisamos Malvinas, teníamos la idea de que no iba a pasar nada. Yo pensaba que hacía ahí con ese frío. Me quería ir a mi casa. Nadie sabía lo que representaba realmente la ocupación de Malvinas. El 11 de abril a la tarde, el teniente nos dijo que no preparemos, que en cualquier momento podíamos entrar en combate. Los días posteriores nos dimos cuenta que no había plan B, que lo único que se había pensado era ocuparlas y sacar a los isleños que estaban viviendo ahí”.

Posterior a eso y ante algunas consultas respecto a la política de ese momento, puntualizó que la frase más desafortunada de Galtieri fue decir: “Si quieren venir que vengan que le presentaremos batalla”. El veterano también hizo mención a la falta de comunicación, insumos y comida y reveló: “La derrota más importante de Malvinas fue la logística”. Y agregó: “La traición de Chile fue muy importante también. Les avisaban a los ingleses cuando nuestros aviones despegaban desde el continente”.

Pasado Malvinas, estuvo 20 años sin hablar del tema. Contó que detectaba la curiosidad de sus amigos por preguntarle sobre lo acontecido, pero que rápidamente cambiaba de tema. Además mencionó que su esposa fue la artífice de impulsarlo a hablar de Malvinas nuevamente: “Me convenció de que ya no era una historia mía, sino una parte de la historia del país”. Y continuó: “Lo que me quedó de la guerra fueron valores como el compañerismo, el trabajo en equipo, el liderazgo, las contenciones, la patria y Dios”.

Haciendo foco a futuro, Tries dejó establecido su punto de vista de cómo deberían reconquistar las Islas: “La recuperación de Malvinas se hace a través del diálogo, de seguir sembrando en la juventud una semilla de conciencia sobre lo que pasó y, sobre todo, tender puentes con Inglaterra. Los isleños nos necesitan más que nosotros a ellos por la lejanía que tienen con su país y sería favorable tener una buena relación en ese sentido”.

Por otra parte se tomó el tiempo de destacar que el mensaje exhibido en es estos últimos años por parte del gobierno anterior fue extraordinario y que logró poner a Malvinas en tema a nivel mundial. Aunque agregó que más allá de esto, no se hizo nada.

Respecto a cuál es el apoyo del Estado en estos momentos, comentó: “Desde 1983 hasta 2004 los Veteranos de Malvinas estuvimos olvidados. En el 2004, luego del acampe de 120 días de los veteranos de guerra con 170 carpas de todo el país, exigimos tres cosas fundamentales: una obra social, una pensión digna y un reconocimiento por los años de veterano de guerra. Si bien se cumplieron las primeras dos, aún nos falta la tercera”. Ante la repregunta sobre la situación del acampe actual en Plaza de Mayo, sentenció: “Los ex soldados que están en Plaza de Mayo son aquellos que no llegaron a cruzar a las Islas por lo cual no estuvieron en campo de batalla. El título de veterano de guerra te lo ganas en batalla. Una vez tuve la oportunidad de dialogar y les pregunté que buscaban y me dijeron que un reconocimiento. Le puse como ejemplo que lo que entonces necesitaban era ser reconocidos delante de los 40 millones de argentinos y ahí me respondieron que no. Que lo que querían era la pensión. Entonces entendí que únicamente era un tema de plata”.

En 2012, cuando se cumplían 30 años de la guerra, la productora del programa que conduce Marcelo Tinelli lo tentó para ser parte del programa. Sin demasiadas vueltas detalló: “Cuando me termina de contar la idea, le dije que no estaba de acuerdo porque no me parecía correcto hacer un show sobre ese tema. Que si la intención era homenajearnos, que lo haga convocando a veteranos y familiares de las víctimas y que con el himno y un minuto de silencio era suficiente. Esa era una buena forma de llegar a muchos que todavía no están interiorizados en lo que pasó en Malvinas”.

Por último, Tries dejó su pensamiento sobre lo vivido: “Hoy no tengo ningún rencor de lo que me tocó afrontar. Fue un aprendizaje que tuve que atravesar. La guerra me hizo madurar en 70 días lo que equivaldría a 10 o 20 años. Eso fue lo que me dio. Y lo que me quitó, fue la felicidad de esa etapa vida.”

Sebastián Galeazzi.-