Georgina Bardach, y la vida después del bronce

Por Facundo Capuano

En su paso por ETER, recordó sus mejores momentos en la natación y, aunque se retiró a los 29 años, casi una década después está al frente de su propia agencia de comunicación. En esta nueva etapa, forma parte, además, del Departamento de Deporte y Género de Córdoba.

 

“A los cuatro años -dijo Bardach- empecé natación. Desde esa edad cada vez que entraba a la pileta lloraba, así hasta los siete. A partir de ahí, supe que el problema era que le tenía miedo a morirme ahogada’’. Parecería que una de las mejores cualidades de la cordobesa es su capacidad para adaptarse a cada una de las circunstancias que le tocan vivir. Siempre prefirió el deporte individual. En un principio, quería competir en tenis, pero cuando consultó para empezar a hacerlo, le dijeron que le faltaba nivel y como no le gustaban los deportes grupales, se decidió por la natación.

Está entre los y las tres mayores exponentes de la natación argentina. El primero fue Alberto Zorrilla, quien consiguió el oro en los 400 libres en Amsterdam, 1928; luego, la plata lograda por Jeanette Campbell, en los 100 metros libres de Berlín, 1936. Debieron pasar 68 años hasta que una integrante de la albiceleste se colgara una medalla (Atenas, 2004) y se quedó con la de bronce. En 2002, había logrado el tercer puesto en el Mundial de Pileta corta en Barcelona. Al año siguiente, en los Panamericanos de Santo Domingo, ganó la presea de oro en 400 metros combinados, cuando hacía 50 años que un argentino no la ganaba. Consultada acerca de las personas que más la acompañaron en su carrera deportiva dijo: ‘’Mi familia, sin dudas. Creo que ellos fueron muy importantes en mi camino y me acompañaron mucho en ese proceso. Y obviamente el ‘’Bochi’’ Sosa (entrenador) también, otro loco que tuvo la capacidad de soñar en grande’’.

Sobre los distintos momentos de su carrera, subrayó: ‘’Fue complicado mantener todo después de la medalla, creo que lo mejor hubiera sido tomarme un descanso y replantear algunas cosas’’. Los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, en los que terminó en el puesto 36 de 37, provocaron un antes y después en su carrera, inclusive consideró que debió ser ese el momento del retiro y no cinco años más tarde, luego de Londres 2012. Ahí, con 29 años, se despidió de la competencia profesional en el Centro de Alto Rendimiento del estadio Mario Alberto Kempes. Luego, estudió Licenciatura en Comunicación Institucional y abrió su propia agencia de comunicación (@amarillacomunicación). Además de trabajar en el departamento de deportes de Córdoba, enfoca sus energías en el sector de deporte y género, específicamente en la “Oficina de la Mujer Deportista’’. En conjunto, con su empresa, crearon un programa para trabajar con todas las organizaciones e instituciones deportivas que hay en la provincia.

 

*Facundo Capuano (@facu.capuano7), alumno de tercer año de Periodismo Deportivo.