El corredor que atravesó desiertos

Por Nicolás Elbaum

 

La reunión tuvo lugar en una clase de la materia Automovilismo, organizada por el docente y director de la carrera Germán Riesco. Los estudiantes esperaban al invitado con ganas: había recorrido para escuchar. Además de haber participado en decenas de competencias, entre ellas el Rally Dakar, Pando también estuvo en el Panáfrica de Marruecos, en el desierto de Sahara en el 2018. Y lo recordó así: “Una materia pendiente era correr en el génesis del Dakar”. Y no tardó en agregar: “Vos te parabas arriba de una duna y mirabas todo a tu alrededor, los 360°, y era un mar de arena. Literal”.

 

 

Corrió en cuatriciclo para el el Rally Dakar (2014 y 2017). En el primer intento tuvo un accidente que le privó la posibilidad de llegada. En el segundo, fue uno de los 26 pilotos que alcanzó la meta al terminar todas las etapas. En cuanto a su asistencia en los Rally Dakar Pando comentó: “Es un sueño, es lo más grande del mundo y a lo más alto que se puede aspirar. Sentís que sos uno de los pocos elegidos. Pero una vez que estás arriba pasás a tener un objetivo que es terminar. Cuesta esfuerzo, dinero; quitarle horas al trabajo y a la familia. Estás arriba y decís: `no me quiero volver en el segundo o tercer día”. Pero la reflexión no terminó ahí: "Al Dakar quedás prendido para siempre y hay que prepararse un año entero y prepararse de verdad”.

 

 

Tanto la parte psicológica, como física y el apoyo de la familia son esenciales para un corredor. “Perseverancia, hay que ir tras el objetivo. Nunca pensar que no se puede y que no se va a llegar. Yo compré mi primer cuatri a los 40 años y a los 41 se me ocurrió correr un Dakar”, señaló Pando como cuestiones elementales a la hora de participar en este tipo de competencias.

 

A un piloto con tanta experiencia siempre se le cruza la idea del retiro. Ante la consulta, remarcó que no sabe lo que le va a llevar tomar esa decisión pero que por el momento quiere correr una carrera por año. “Me motivan los fierros desde la cuna. Yo vengo de una familia tuerca, todos están relacionados con los fierros". El ida y vuelta siguió y siguió, hasta que uno de los estudiantes le preguntara al corredor qué le inspiraba para seguir compitiendo a sus 52 años. Y la síntesis llegó así: "Se respira nafta en mi casa”. 

 

* Por Nicolás Elbaum (@nicoelbaum), estudiante de 3er año de Periodismo Deportivo.