¿El automovilismo es un deporte?
Por Bianca Laporta | @bianlaporta
Por un lado, Leonardo Regueira: periodista, conductor y comentarista de las carreras transmitidas en Carburando. Por el otro, Franco Vivian: piloto, corre en el STC2000, arquitecto y participante también del programa transmitido por TyC Sports.
Ambos disfrutan del automovilismo, y visitaron a los alumnos de Periodismo Deportivo para hablar acerca de la actividad, entender algunas de las cuestiones que viven los pilotos, cómo cubrir y analizar una carrera, y un debate antiguamente establecido: si esta actividad en realidad es un deporte, o no.
Nadie levantó la mano cuando Leonardo preguntó quién empezó a estudiar por el automovilismo. No fue una sorpresa, los protagonistas lo tienen asumido. Cuando Leonardo estudiaba en DeporTea, fue el único que levantó la mano ante la misma pregunta, y confesó: “Es un ambiente muy chico, y por lo tanto, es más difícil desarrollarse y entrar a trabajar”, mientras que Franco aseguró: “Es un deporte muy federal y la mayoría de los corredores son del interior. En Capital Federal no se consume mucho, pero cuando vamos al interior por una carrera, ese fin de semana se paraliza la provincia”.
Acto seguido, afianzaron que el automovilismo es el segundo deporte de Argentina, detrás del fútbol, y que en la provincia se encuentra la Catedral del automovilismo que es el Autódromo de Buenos Aires, llamado “Oscar y Juan Gálvez”, íconos del automovilismo argentino y del Turismo Carretera.
Pero muchos no lo consideran deporte, porque creen que el piloto no hace un gran esfuerzo ni entrena, sino que simplemente maneja un auto. Así que para romper un poco con este pensamiento, Franco explicó algunos ejercicios de su entrenamiento: “La preparación física no es lo único que se entrena, sino que hay muchos ejercicios de neurociencia donde entrenas, por ejemplo, reflejos, coordinación, y concentración”.
Y Leonardo defendió los dichos de su compañero: “Los deportistas de automovilismo son deportistas de alto rendimiento con una preparación muy elevada. Además de un entrenamiento físico, que es mortal, entrenan mucho lo mental que es lo que hace la diferencia”.
Pero como todo deporte, tiene ciertas particularidades. Entre ellas, destacaron que el automovilismo es una elite, “no sólo conductiva sino presupuestaria”, ya que es muy caro poder participar en una carrera, teniendo en cuenta la categoría y el gasto que genera preparar un karting o el auto. Franco, que fue tres veces campeón panamericano de karting, confesó que preparar uno por carrera cuesta alrededor de 100 mil pesos, mientras que un auto para Turismo Carretera implica una inversión de 900 mil pesos, aproximadamente.
“Dependés de una máquina”, anunció Franco, y sentenció: “El pro de que sea una elite es que los que tienen el presupuesto pero quizás no tengan las mejores condiciones, van a poder llegar; y la contra es que si alguien tiene condiciones pero no tiene presupuesto, no va a tener nunca la posibilidad de llegar”.
Por ende, así como es muy caro poder participar, al principio también se vuelve difícil vivir de esta actividad: “Cuando corría en Fórmula lo que gastaba por correr, que eran en ese momento $35000, era lo mismo que me ingresaba por las publicidades que tenía. Después pasé a TC Pista -el anterior a TC- y ahí ponía plata porque no llegaba con el presupuesto. Hasta que llegué a ser piloto oficial de Chevrolet, y empecé a cobrar”, contaba Vivian según su experiencia.
Franco se consideró un piloto muy bueno pero áspero, sufrió algunos accidentes y se refirió al momento más duro que le tocó vivir en el automovilismo: “Por lejos, la muerte de Guido Falaschi. Éramos de la misma camada, lo conocía de muy chico, yo pensaba que sólo se morían los pilotos que eran malos corriendo, no los buenos, nunca nos había pasado. Y después de eso me replanteé seguir corriendo, pero no por mí, sino por mi familia, que son los que más sufren”.
***
Una de las características que compartió Leonardo al principio de la charla fue que este es un ambiente muy machista. Entonces surgió la pregunta de por qué no se le daba tanto lugar a las mujeres, a lo que Franco explicó: “En la competencia todavía no apareció ninguna mujer que ‘la rompa’, hay chicas que corren, pero no llegan a ser pilotos profesionales por cuestiones estadísticas, lo que no quiere decir que no hayas chicas preparadas para correr”, y finalizó Leonardo: “Ahora la fórmula 1 está promocionando una categoría de mujeres, pero me parece que está mal que las separen, porque la mujer tendría que correr junto con el varón”.
Para cerrar la charla, el conductor de Carburando le dio algunos consejos a los alumnos para futuras coberturas, teniendo en cuenta que: “Para nosotros los periodistas este es un deporte muy difícil de entender. No todos saben lo que experimentan los pilotos porque están encerrados en el auto, salvo que tengan las cámaras interiores, pero eso ya depende de la tecnología de la carrera. Entonces se vuelve tarea difícil porque pasan muchas cosas de las que no nos enteramos”
Leonardo le explicó a los alumnos cómo analizar una planilla con la que se guían los periodistas cuando comentan una carrera, y la definió como una herramienta muy importante, ya que les da parámetros según la duración de la competencia, que a su vez les indica los tiempos, las vueltas y los récords de cada piloto, entre otros datos.
Confesó que es muy importante que, aquellos que tengan la posibilidad, se suban a un auto de carreras o a un karting para entender algo de todo lo que viven los pilotos. Para ello sugirió el uso del simulador y la asistencia a Ácumen, que es el centro de entrenamiento físico y mental, donde se trabaja la visión periférica, la coordinación y concentración, entre otros aspectos. Y para finalizar, resaltó lo primordial de entender el deporte política y deportivamente, para poder analizar situaciones y maniobras puntuales, entendiendo las decisiones del piloto.
Bianca Laporta – Periodismo Deportivo 3°BM
Ambos disfrutan del automovilismo, y visitaron a los alumnos de Periodismo Deportivo para hablar acerca de la actividad, entender algunas de las cuestiones que viven los pilotos, cómo cubrir y analizar una carrera, y un debate antiguamente establecido: si esta actividad en realidad es un deporte, o no.
Nadie levantó la mano cuando Leonardo preguntó quién empezó a estudiar por el automovilismo. No fue una sorpresa, los protagonistas lo tienen asumido. Cuando Leonardo estudiaba en DeporTea, fue el único que levantó la mano ante la misma pregunta, y confesó: “Es un ambiente muy chico, y por lo tanto, es más difícil desarrollarse y entrar a trabajar”, mientras que Franco aseguró: “Es un deporte muy federal y la mayoría de los corredores son del interior. En Capital Federal no se consume mucho, pero cuando vamos al interior por una carrera, ese fin de semana se paraliza la provincia”.
Acto seguido, afianzaron que el automovilismo es el segundo deporte de Argentina, detrás del fútbol, y que en la provincia se encuentra la Catedral del automovilismo que es el Autódromo de Buenos Aires, llamado “Oscar y Juan Gálvez”, íconos del automovilismo argentino y del Turismo Carretera.
Pero muchos no lo consideran deporte, porque creen que el piloto no hace un gran esfuerzo ni entrena, sino que simplemente maneja un auto. Así que para romper un poco con este pensamiento, Franco explicó algunos ejercicios de su entrenamiento: “La preparación física no es lo único que se entrena, sino que hay muchos ejercicios de neurociencia donde entrenas, por ejemplo, reflejos, coordinación, y concentración”.
Y Leonardo defendió los dichos de su compañero: “Los deportistas de automovilismo son deportistas de alto rendimiento con una preparación muy elevada. Además de un entrenamiento físico, que es mortal, entrenan mucho lo mental que es lo que hace la diferencia”.
Pero como todo deporte, tiene ciertas particularidades. Entre ellas, destacaron que el automovilismo es una elite, “no sólo conductiva sino presupuestaria”, ya que es muy caro poder participar en una carrera, teniendo en cuenta la categoría y el gasto que genera preparar un karting o el auto. Franco, que fue tres veces campeón panamericano de karting, confesó que preparar uno por carrera cuesta alrededor de 100 mil pesos, mientras que un auto para Turismo Carretera implica una inversión de 900 mil pesos, aproximadamente.
“Dependés de una máquina”, anunció Franco, y sentenció: “El pro de que sea una elite es que los que tienen el presupuesto pero quizás no tengan las mejores condiciones, van a poder llegar; y la contra es que si alguien tiene condiciones pero no tiene presupuesto, no va a tener nunca la posibilidad de llegar”.
Por ende, así como es muy caro poder participar, al principio también se vuelve difícil vivir de esta actividad: “Cuando corría en Fórmula lo que gastaba por correr, que eran en ese momento $35000, era lo mismo que me ingresaba por las publicidades que tenía. Después pasé a TC Pista -el anterior a TC- y ahí ponía plata porque no llegaba con el presupuesto. Hasta que llegué a ser piloto oficial de Chevrolet, y empecé a cobrar”, contaba Vivian según su experiencia.
Franco se consideró un piloto muy bueno pero áspero, sufrió algunos accidentes y se refirió al momento más duro que le tocó vivir en el automovilismo: “Por lejos, la muerte de Guido Falaschi. Éramos de la misma camada, lo conocía de muy chico, yo pensaba que sólo se morían los pilotos que eran malos corriendo, no los buenos, nunca nos había pasado. Y después de eso me replanteé seguir corriendo, pero no por mí, sino por mi familia, que son los que más sufren”.
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Una de las características que compartió Leonardo al principio de la charla fue que este es un ambiente muy machista. Entonces surgió la pregunta de por qué no se le daba tanto lugar a las mujeres, a lo que Franco explicó: “En la competencia todavía no apareció ninguna mujer que ‘la rompa’, hay chicas que corren, pero no llegan a ser pilotos profesionales por cuestiones estadísticas, lo que no quiere decir que no hayas chicas preparadas para correr”, y finalizó Leonardo: “Ahora la fórmula 1 está promocionando una categoría de mujeres, pero me parece que está mal que las separen, porque la mujer tendría que correr junto con el varón”.
Para cerrar la charla, el conductor de Carburando le dio algunos consejos a los alumnos para futuras coberturas, teniendo en cuenta que: “Para nosotros los periodistas este es un deporte muy difícil de entender. No todos saben lo que experimentan los pilotos porque están encerrados en el auto, salvo que tengan las cámaras interiores, pero eso ya depende de la tecnología de la carrera. Entonces se vuelve tarea difícil porque pasan muchas cosas de las que no nos enteramos”
Leonardo le explicó a los alumnos cómo analizar una planilla con la que se guían los periodistas cuando comentan una carrera, y la definió como una herramienta muy importante, ya que les da parámetros según la duración de la competencia, que a su vez les indica los tiempos, las vueltas y los récords de cada piloto, entre otros datos.
Confesó que es muy importante que, aquellos que tengan la posibilidad, se suban a un auto de carreras o a un karting para entender algo de todo lo que viven los pilotos. Para ello sugirió el uso del simulador y la asistencia a Ácumen, que es el centro de entrenamiento físico y mental, donde se trabaja la visión periférica, la coordinación y concentración, entre otros aspectos. Y para finalizar, resaltó lo primordial de entender el deporte política y deportivamente, para poder analizar situaciones y maniobras puntuales, entendiendo las decisiones del piloto.
Bianca Laporta – Periodismo Deportivo 3°BM