Clase I. La zambullida.
Ir hacia a la escritura porque se quiere. Entonces, jugar, probar a ver qué sale en esa zona de la palabra: decir, luego escribir. Quedarse con lo que más gustó; desde ahí, trabajar algunas herramientas de la forma: las oraciones, el punto, el ritmo.
Clase 2. La música y la poesía.
La palabra que llega y se hace poema, canción. De la improvisación de los poetas hasta trap. Y siempre, la propia creación. Aprender a escucharse. Grabar, bajar un texto y distinguir la fuerza del verbo, la sutileza del adjetivo. La importancia del silencio.
Clase 3. Seguir en el juego: la creación del personaje.
Cómo construirlo. Desde herramientas del teatro hasta cómo escribir para literatura. El personaje y la creación de un universo narrativo en un género: fantástico, ciencia ficción o realismo.
Clase 4. A nutrirse se ha dicho.
Herramientas de las artes para profundizar la creación de un personaje. Pinceladas de la pintura, el cine, el anime. La máscara y el juego en programas y series.
Clase 5. El personaje en su mundo.
Cómo construirlo en una escena determinada. Presentárselo al lector. Desarrollar la historia, lo que pasa, lo que hace. ¿Cómo describirlo? Trabajar esas dos energías de la escritura de una escena: descripción (del mundo que se cuenta, del personaje) y acción (cómo avanza la historia).
Clase 6. Encuentro sincrónico virtual.
Lectura final de cada propuesta. Espacio para las dudas, para hablar de cada proceso, de las herramientas. Eso: hablar sobre escribir.